solidaridad femenina

Que una señora te avise que tienes la falda enganchada en el bolso a la altura de la cintura… no tiene precio.

O el típico “aaay tia! me dejas el lápiz negro?” delante del espejo de alguna discoteca, y claro se lo dejas y luego te pasas toda la noche pensando si volverás a utilizar ese lápiz… ¿y si tenía conjuntivitis? ¿la borrachera se contagia por los ojos?

Y es que hay elementos muy típicos a la hora de solidarizarse: tiritas, kleenex, maquillajes varios, tampax, gomas del pelo, chales para bodas y/o complementos para eventos puntuales tales como Nocheviejas, bodas, citas importantes, cenas de empresa.

También está el “venga! si tú te pones a régimen, yo también!”

Luego hay cosas que probablemente no le hayan pasado a todo el mundo pero a mi si… esa escena en la sacristía de una iglesia el día de la boda de tu hermano, con todas las hermanas de la novia intentando arreglar la cremallera de tu vestido mientras un cura rechoncho se pasea risueño entre ellas recordando el momento en que te acercaste al altar para leer, mientras la iglesia entera vislumbraba tu tanga a través de una cremallera rota…

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